El fin de semana, decidimos darnos una escapada fuera de la ciudad. Sin salir del departamento de Lima, nos fuimos hacia el norte, cargamos nuestras cosas en el carro y salimos rumbo al Valle de Caral. Lo mejor es salir tempranito, al rededor de las 6AM y llegar a Chancay para la hora del desayuno. El lugar más famoso para recargar energías es el restaurant del grifo Delpino junto a la carretera, se come riquísimo y no te desvías en absoluto.
En el camino, pasamos por las Lomas de Lachay y quisimos darle una visita. Llegamos temprano en la mañana y pudimos ver como la niebla baja se iba despejando y aparecía un bosque de arboles cubiertos por musgo. Parecía el escenario para una película de terror, pero es realmente increíble encontrar un lugar así en medio del desierto. También es una buena opción como para salir por el día y armar una parrillada con amigos y familia, pero nosotros seguimos nuestro camino hacia el norte.
Después de 4 horas de camino, llegamos a Caral, directo a nuestro hotel para descansar un poco y almorzar. Nos quedamos en el Empedrada Lodge al final del valle, se los recomiendo muchísimo ¡a mi me encantó! A parte de tener la mejor comida de la zona, es el lugar perfecto para relajarte. Los cuartos son comodísimos y tienen una super vista al valle; cada rincón del hotel es lindo, incluido el paseo por los sembríos de mandarinas y paltas.
Finalmente fuimos a conocer las ruinas... ¿sabías que Caral es la civilización más antigua de Sudamérica? Es impresionante descubrir cómo vivían y qué herramientas usaban hace casi 5,000 años en sus vidas diarias. El centro turístico está bastante bien cuidado y la entrada al lugar es barata, pero es necesario hacer el recorrido con guía para ayudar a conservarlo.
Espero les guste esta nota y, aprovechando que no es lejos, se animen a realizar este paseo cuando tengan un fin de semana libre.